Cerca de unas 20.000 oficinas bancarias han cerrado desde el año 2008. Tendencia que sigue dándose en la actualidad y dificulta el acceso a los servicios, tanto a personas mayores, como a quienes no tienen acceso por distintas circunstancias o no se manejan bien en operaciones online.
A la supresión de oficinas físicas, se le suma la reducción de horario a atención al público y la gestión de muchos trámites de forma exclusiva a través de cajeros automáticos.
Poco más de un 20% de las personas mayores de 74 años tienen acceso a este servicio y quienes lo hacen no cuentan con la destreza para realizar operaciones bancarias.
El paquete de medidas anunciadas desde el Senado viene a cubrir las deficiencias que actualmente afectan de forma especial a personas mayores o con menor acceso a internet el texto registrado y facilitarán el acceso al servicio bancario en condiciones de igualdad.